La vitamina D se encuentra en una infinidad de alimentos, por lo que resulta muy fácil consumirla. Entre los más populares encontramos:
Pescados grasos: Las anchoas, el pescado azul, la lubina, la carpa, el bacalao, el fletán, el arenque, la caballa, el rape, el salmón, las sardinas, el atún, el leucoma y la trucha de lago son buenas fuentes de esta vitamina.
Aceite de hígado de pescado: Las anchoas, el salmón, la caballa, la trucha, el arenque y las sardinas son ricos en vitamina D.
Yemas de huevo: La vitamina D sólo se encuentra en los productos de origen animal, por lo que es un buen complemento para una dieta de puesta de huevos.
Alimentos enriquecidos con vitamina D: Algunos ejemplos comunes de alimentos enriquecidos con vitamina D son el zumo de naranja, ciertos cereales, algunas margarinas y la leche de soja.
Verduras ricas en vitamina D: La lista de verduras ricas en vitamina D es muy larga e incluye el brécol, las coles de Bruselas, la coliflor, el colirrábano, las berzas, la col rizada, las hojas de mostaza y los nabos. La vitamina D ha demostrado ser eficaz para aumentar la inmunidad, prevenir el cáncer, fortalecer los huesos y reforzar el sistema inmunitario.
Suplementos de vitamina D
Tomar suplementos de Vitamina D/D3 es una opción que puede estar a su alcance si no recibe suficiente luz solar para producir su propio suministro. Algunos alimentos son ricos en vitamina D, pero la mayoría de nosotros no obtenemos suficiente de nuestra dieta. Muchos expertos recomiendan que los adultos tomen suplementos de vitamina D.
La ingesta diaria recomendada de vitamina D es de 600 UI al día para adultos a partir de 19 años. La vitamina D puede obtenerse de la exposición al sol o de algunos suplementos. Su médico puede recomendarle que obtenga vitamina D de la luz solar o de suplementos si se encuentra fuera del rango recomendado. La carencia de vitamina D puede ser un problema de salud grave. Puede provocar raquitismo en los niños, debilidad ósea y un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, sobre todo en las personas mayores que tienen niveles bajos de vitamina D debido a su edad o a una dieta inadecuada.