La mayoría de las discusiones se deben a algo que no vemos venir. Cuando las cosas van bien, es fácil suponer que nada puede ir mal. Sin embargo, con un poco de previsión y planificación, puedes evitar que la mayoría de las discusiones ocurran en primer lugar. Una vez que sepas cómo alejar las discusiones de tu relación con hechizos, no tendrás que luchar tanto con ellas en el futuro.
Aprenda a identificar sus puntos de activación
Todas las discusiones tienen ciertos puntos que son más propensos a desencadenar una discusión. Es importante saber identificar estos puntos para poder evitarlos. Para ello, lo mejor es pensar en lo que ocurre cuando menos te lo esperas. ¿Cuándo fue la última vez que te metiste en una discusión que empezó porque te diste la vuelta en tu coche y los viste parados en medio de la carretera? Es entonces cuando tienes que identificar los puntos desencadenantes que probablemente desencadenen una discusión.
No reacciones a las acciones de alguien antes de entender lo que ha hecho.
Algunos desencadenantes son obvios, como cuando entras en una habitación y la otra persona paraliza el aire con sus acciones. Estos pueden ser muy difíciles de detectar ya que están en medio de hacer algo y no te prestan atención. Tienes que esperar a que se detengan por completo antes de actuar. Esto puede ser difícil ya que no quieres ser brusco y levantar la voz. Sin embargo, ser demasiado amable puede ser contraproducente y ganarse una mala reputación. Hay que ser directo con el otro y ser honesto sobre la causa de la discusión. Si no estás seguro de qué decir, di que no lo sabes. Esto dará a la otra persona la oportunidad de explicarse.
Date un respiro de vez en cuando
Todos tenemos tendencia a trabajar en exceso. Cuando nuestros cuerpos o mentes están trabajando al 100%, puede ser muy difícil cambiar de marcha y tratar con la otra persona cuando está sufriendo. Es necesario tomarse un descanso de vez en cuando para que el cuerpo y la mente puedan resetearse y prepararse para otra ronda de lucha. Esto puede ser tan sencillo como hacer una pausa en el trabajo para dormir una hora o echarse una siesta. Si te esfuerzas por tomar un descanso de vez en cuando, verás cómo disminuye la frecuencia de tus combates. Asegúrate de tomar descansos regularmente cuando estés luchando y no te pongas en apuros.
Aprende a reírte de ti mismo
Hay una tendencia a tomarse todo muy en serio cuando se está en una relación. Es fácil darse cuenta de esto cuando se revisan viejos textos o correos electrónicos. Puede que estés completamente consumido por lo que escribes o por cómo te sientes. La otra persona puede verse afectada de la misma manera y verte como una tormenta perfecta de todas las cosas que odia en la vida. Durante las discusiones, esto puede llevar a pensar y reaccionar de forma exagerada. Tienes que relajarte y abrirte a divertirte de nuevo con tu pareja.
Aprende a localizar tus hechizos
Cuando lanzas un hechizo, no sólo intentas cambiar el tiempo y hacer que todo sea bonito. Usted está tratando de afectar a la otra persona también. Usted está tratando de hacer que se sientan algo, y probablemente se sienten algo cuando te ven. En este sentido, la relación entre tú y tu pareja debe evolucionar. Tienes que aprender a localizar tus hechizos para que sólo afecten al otro. Por ejemplo, si ves a alguien que se porta mal, intenta primero hacer las paces con él para que responda positivamente a tu presencia. No querrás causar un gran impacto asustando o iniciando una pelea con alguien.
Aprende a bloquear las distracciones
Tienes que concentrarte en una cosa a la vez cuando estás en una discusión. Es difícil concentrarse en dos o tres cosas a la vez cuando estás en una discusión. Lo más probable es que acabes concentrándote más de lo que pretendías, ya que estarás intentando controlar dos o tres cosas a la vez. Cuando consigas controlar una cosa a la vez, tendrás más margen de maniobra en una discusión.
Aprende a dejarte llevar y a relajarte
Si estás constantemente en un estado de preocupación y estrés, es probable que te vuelvas tímido. Es importante recordar que cuando las cosas van bien, vas a estar muy nervioso, pero vas a sonreír para intentar demostrar a tu pareja lo mucho que la quieres. Pero en cuanto las cosas empiezan a ir mal, tienes que ser capaz de soltarte y relajarte. Cuando no puedes controlar lo que sientes, tienes que acordarte de dejarte llevar y relajarte. Si aprietas los dientes y aguantas la respiración, probablemente te sorprenderán los resultados.